Seguimos en esta segunda parte comentando y refutando ese artículo de Rony Chaves, titulado: “La inevitable, necesaria e imprescindible reforma apostólica del nuevo milenio”(*)
(*) Si quieren ustedes leer todo ese artículo de Chaves, lo encontrarán en las direcciones cibernéticas destacadas en la sección “notas” (1)
En este apartado, entre otras cosas, estaremos viendo de qué manera Chaves se opone a los que se oponen a su “Reforma Apostólica”.
Rony Chaves escribe así:
<
<
Comentamos :
Como el diablo está en contra de todo lo que Dios declara en Su Palabra, y tal “Reforma Apostólica” no está en Ella, consecuentemente y al contrario de lo que postula Chaves, el diablo está a favor de todo engaño, tal como es ése. Es más, él es quien está trabajando tras las bambalinas para levantar esa estructura piramidal que ya está llenando un amplio espectro eclesial hoy en día, en aras de levantar en su momento la falsa iglesia del Falso Profeta (Ap. 13: 11 ss.)
Consiguientemente el reino de Satanás no se caerá por levantarse esa “ola apostólica”, sino más bien todo lo contrario.
Podemos leer entre líneas, que parte de esas “estructuras babilónicas” a las que alude Chaves, son todos los sectores evangélicos puros, tanto iglesias, como individuos, que no creemos en esa “reforma apostólica”.
La oposición a la “reforma apostólica” tipo Chaves, no viene de ciertos sectores evangélicos en primera instancia, sino que viene de la misma Palabra de Dios, y por ello, los creyentes nos levantamos refutando esa doctrina; eso, los que lo hacemos.
Pero Chaves, haciendo caso omiso al argumento escritural que demuestra la falsedad de sus manifestaciones, se atreve a dar razones espurias sobre nuestros supuestos motivos, y todo ello diciendo del siguiente modo:
(Elevamos comentario adjunto a renglón seguido)
<<¿POR QUÉ NO CAMBIAN?>>
Pastores, alianzas pastorales y denominaciones no cambian y más bien se oponen porque:
<<1->>
No se trata de métodos, sino de seguir fielmente la Palabra de Dios y su doctrina, la cual señala como falsa la propia de la “reforma apostólica”.
<<2->>
No es “incredulidad”, sino negación de la falsedad. Por otra parte la Palabra dice que Jesucristo es el mismo, no cambia (He. 13: 8). El cambio que propone Chaves es un cambio de la Palabra, por lo tanto, no lo queremos.
<<3->>
Toda experiencia negativa sufrida en el pasado (y estas no faltan), no es razón alguna para no andar en la verdad en la actualidad, pero lo que ocurre es que la “reforma apostólica” de Chaves no es verdad, por eso no la queremos.
Sobran aquí argumentaciones de tipo psicológico de “ir por casa”.
<<4->>
El carecer de “revelación” en cuanto a la “reforma apostólica”, no es señal de no tener la verdadera revelación que es la bíblica, que es la que vale, mientras que la otra, no.
<<5->>
Este es un argumento fácil y siempre a mano, para todos aquellos que quieren imponer sus doctrinas y formas de pensar a otros.
<<6->>
Esta declaración ralla el insulto; ¿Está Chaves poniendo en un mismo saco a todos los cristianos que no estamos de acuerdo con su doctrina? ¿Somos lo que dice que somos simplemente porque no estamos de acuerdo con lo que enseña como palabra de Dios, que no lo es?
Esto no es más que un falso juicio. Chaves debería tener mayor respeto hacia el cuerpo de Cristo que no atiende a sus demandas pseudo teológicas.
<<7->>
Hacemos el mismo comentario anterior aquí.
<<8->>
Quizás es Rony Chaves quien precisa humillarse ante Dios y ante todos los cristianos a los que ha insultado y faltado al respeto, y pedirles perdón. Jamás había visto antes tanta osadía, y desprecio a los hermanos y a sus creencias, que en este caso son conforme a la Palabra.
Sigue escribiendo Chaves:
<
<
Vamos por partes. En primer lugar, Chaves nos habla de los supuestos peligros que encierran la práctica de los métodos.
Todo ministro temeroso de Dios, sabe que un método concreto, jamás podrá suplir o estar por encima de lo que enseña la Palabra de Dios, ni a ella misma. El problema no son los métodos, sino el corazón del ministro y de los creyentes en general. Quiero decir con esto que, un método o manera de hacer las cosas jamás supondrá problema alguno, si el corazón del creyente está firme en el Señor, porque los métodos, cuando menester, son sólo maneras temporales de poner en práctica lo que sabemos y entendemos por la Palabra.
Demos un ejemplo: Una congregación usará un método específico para evangelizar que le podrá dar un buen resultado, por ejemplo, el predicar en los parques y plazas, o el repartir folletos evangelísticos, etc. Sin embargo, para otra congregación, que dista muchas millas de aquélla, que está en otro continente, quizás el método evangelístico que le funcione mejor, sea el invitar a tomar café a las personas a las que quiere compartir las Buenas Nuevas, etc. El método sola y simplemente deberá estar al servicio del cumplimiento de la Gran Comisión en este caso. Por lo tanto, hacer del método un problema per se, es una simpleza.
Chaves dice: <<Lo que vino de Dios por la unción, tenemos la tendencia a encasillarlo en un molde o método>> Lo que vino de Dios es Su Palabra, y jamás se le ocurriría a un verdadero ministro del Evangelio “encasillarla en un molde”, porque la Palabra está viva y no se puede encerrar; siempre corre y es glorificada en las manos de un verdadero siervo de Dios. Pero entendemos el motivo por el cual Chaves dice lo que dice. Presten atención, dice Chaves:
<<Los profetas-intercesores y los apóstoles están recibiendo la visión del Señor y Su Palabra para quebrar los métodos pasados y obsoletos (ya no sirven) que no funcionarán en el futuro>>
Para Chaves, la Palabra escrita ha quedado ya pobre, porque está encasillada en moldes. Ahora es necesario que esos “ungidos” hombres, aporten lo que “están recibiendo del Señor”, es decir: Más Palabra.
Según se desprende de sus argumentaciones, la que ya el Señor nos ha dado, es insuficiente. La hemos amoldado, y ya no funciona, pero ahora viene por parte de esos hombres una nueva “visión del Señor” juntamente con más “Palabra” (Chaves olvida que el canon está ya cerrado), con el fin de que “Profetas y apóstoles gesten una generación nueva con diseños proféticos nuevos para ganar a los suyos para Cristo”…
Nótese que los que gestan esa generación nueva son hombres, y que lo hacen con “diseños proféticos nuevos” (¿no son estos métodos también?), con la finalidad de “ganar a los suyos para Cristo”…(¿quiénes son “los suyos” que han de ganar para Cristo?) Este es un lenguaje muy ambiguo que siempre usa Chaves, y que parece encerrar en él más de lo que parece decir.
Sigue enseñando Chaves acerca del “sometimiento unos con otros y el reconocimiento de los diversos ministerios en la Iglesia (apóstoles, profetas, maestros, pastores y evangelistas)” Otra vez aquí destacamos el diferente entendimiento que existe en cuanto a los que son apóstoles. Veamos:
La Biblia nos habla de los doce de Cristo, cuyo ministerio terminó, ya que sólo ellos fueron testigos presenciales de la vida de Cristo, tenemos la Palabra, y el canon está cerrado. También nos habla de enviados o misioneros, como Bernabé, Silas, Junias, etc. que fueron a llevar la Palabra a los lugares donde Cristo no había sido todavía predicado, así como lo hicieron, y lo han hecho y hacen miles más a lo largo de la historia de la Iglesia y en la actualidad.
Y Chaves, junto a muchos más, nos habla de un tipo de apóstol que no encontramos en las Sagradas Escrituras, que tiene jerarquía y que ocupa el primer lugar del “ranking” ministerial, estructurando y dando forma a la nueva revelación que reciben los supuestos profetas, para que sea recibida y creída por los maestros y pastores, y sea enseñada por estos a todos los santos, y así, <<sus unciones particulares nos garantizarán el cumplimiento de la visión divina>>: <
Y ya para ir finalizando, pero no por ello menos importante, me gustaría comentar el último apartado de este escrito de Chaves, el cual es el siguiente:
<
<
Siguiendo con su costumbre de bautizar a todo y a todos como “apostólico”, incluyendo al bendito Espíritu Santo, dice sin ambages que así como <<El inició la Iglesia como una Iglesia Apostólica (Iglesia Primitiva), también <<terminará Las Edades con una Iglesia Apostólica - y sigue diciendo - <
Chaves no enseña la verdad. Los apóstoles ya partieron con el Señor, y ese ministerio apostólico fue irrepetible. Ahora, cuando la verdadera Iglesia en cualquier momento será Arrebatada para recibir al Señor en las nubes (1 Ts. 4: 13-17), pretende Chaves que se ha de levantar un ministerio y oficio que ya cumplió a la perfección con su cometido.
Cristo mismo anuncia que Su venida será como cuando Noé y su familia entraron en el Arca. Días para nada “apostólicos”, sino de enorme apostasía y maldad (Gen. 6: 5-8; Mt. 24: 37-39). Serán como cuando Lot y los suyos salieron de Sodoma, porque en Sodoma y Gomorra todo tipo de pecado imperaba, incluida la “soberbia, pan de sobra y abundancia de ocio” (Ez. 16: 49) ¿Verdad que todo esto describe los días en los que vivimos?
Si Cristo nos aseguró que los días de Su venida serían como los describe, ¿por qué Chaves y cientos más se oponen a las palabras del Maestro Divino, diciendo todo lo contrario? ¿Quién tiene la verdad, Cristo o Chaves?
Además, esa “Estructura Apostólica” con la que dice que el Espíritu Santo inició la Iglesia, sólo rige en su imaginación. No había tal “Estructura”, sino la obra directa de cada uno de los apóstoles (enviados), según el Señor les comisionó por Su Espíritu.
No había nada de ese pretendido gobierno teocrático de hombres en la iglesia primitiva, sino que había el mismo que hay ahora, el del Espíritu Santo.
Chaves mezcla la verdad con la mentira. Dice así: <
Ese llamado apostólico (Jesús enviándonos), sólo se puede interpretar como claramente lo especificó el Señor, y lo leemos en Mateo 28: 19, 20 y en Marcos 16: 15. Pero en esa Comisión, no está incluido el “salvar almas”, sino el predicar el Evangelio, haciendo discípulos a las naciones, y no “discipular a las Naciones” como él dice (así como enseñan César Castellanos y muchos otros), como tampoco “liberar las naciones”; ¿Dónde dice en la Palabra que la Iglesia ha de “liberar las naciones”?
Las almas no las salvan los hombres, sino Dios, y los cristianos no liberamos ni discipulamos las naciones, esa es herejía dominionista, que pasará una buena factura en su tiempo a todo aquel que la cree y la sigue.
Chaves adjudica a la Iglesia un papel que no le corresponde y que no le fue dado por Cristo. Todo eso que dice se asemeja notablemente al dogma católico romano, y podemos ver en toda esta doctrina dominionista la mano del jesuitismo más acérrimo.
Chaves pretende que la Iglesia necesita una “restauración conforme al modelo apostólico”, para llevar a cabo una obra a la que Cristo no la ha llamado a hacer. Todo ello obedece a segundas intenciones, que someramente hemos destacado aquí y allá a los largo de este artículo doble.
En una cosa creo que estoy de acuerdo con Chaves, y es en cuanto a que esta “nueva reforma apostólica” es indetenible, pero esto es señal del fin de los tiempos. Es parte de un mover imponente de apostasía, predicho ya en la Escritura, y que nos anuncia el fin de esta dispensación, y el Rapto de la Amada de Cristo.
Con todo y con ello, no dejaremos de levantar nuestra voz y nuestras plumas en alto, para denunciar la falsedad que muchos enseñan y a la que muchos se prestan, siempre con la verdad, arropada por el amor, porque, con misericordia y verdad, se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal. (Prov. 16: 6)
Dios les bendiga.
Noviembre 2006
Notas:
1.http://www.geoscopio.net/escaparate/verproducto.cgi?idproducto=27027/ http://www.adoracioncontinental.com/
0 comentarios:
Publicar un comentario