México. Nicolás Aguilar Rivera, sacerdote pederasta
y fugitivo de la justicia, ha gozado de total protección y
encubrimiento del Vaticano, por un lado por obispo de Puebla, Rosendo
Huesca Pacheco y por otra del arzobispo primado Norberto Rivera Carrera,
ex candidato al papado y polémico líder de los congresos de exorcistas.
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De los sacerdotes violadores, el prontuario de Nicolás Aguilar es uno de los mas escalofriantes.
Inicia su pederastia desde sus primeros años en el seminario al final de los setenta, en la década de los ochenta siendo párroco en Tehuacán-Puebla, atacó y violó acólitos hasta que en 1986 apareció mal herido en la cabeza, la fuerte contusión se la propiciaron mientras mantenía relaciones sexuales con dos muchachos.
Por lo anterior en 1988 se trasladó al sacerdote a la diócesis de Los Ángeles argumentando problemas de “salud” y “familiares” no obstante volvió a México en 1989 huyendo de la justicia por denuncia de 26 violaciones a niños en Los Ángeles.
Siendo prófugo, para encubrirlo, su iglesia lo envió a una “clínica” del apostolado donde se aplican terapias a curas para combatir homosexualidad, pederastia o alcoholismo.
Previo al año 1995 fue incorporado a la parroquia San Antonio de las Huertas, a cargo de los monaguillos, quienes también fueron sus victimas de violación.
En ese mismo año regreso a Tehuacán a las parroquias de la Virgen de Juquilita, de San Vicente Ferrer y de San Nicolás Tetitzintla, como responsable los niños que ayudaban en las distintas actividades pastorales.
Unos 60 niños entre cinco (5) y trece años (13), que vivían en las colonias populares Viveros, Aeropuerto, La Huizachera, Aviación y Emiliano Zapata mientras realizaban “preparación para primera comunión” tuvieron contacto con el violador.
En 1997 se dieron conocer públicamente denuncias de 60 niños de “Sierra Negra”.
El proceso 6 de 1998 duró cuatro años, le dieron sentencia a un año de prisión por “ataques al pudor”. Nunca pisó la cárcel, mantuvo libertad bajo fianza costeada por el "Santa Iglesia Catolica, Vaticano.
Mas inaceptable en su conducta fue, que tuvo el cinismo de demandar por difamación a Joaquín Aguilaruno de los niños a quien violó en 1995.
Finalmente, tras la denuncia y para tristeza de la victima, en un proceso que duró siete años para demostrar el abuso sexual a Joaquín, la iglesia financió abogados para que precluyeran el proceso y por último fue cesado por prescripción de los hechos.
De los más de 120 niños abusados sexualmente por el Sacerdote Nicolás Aguilar Rivera existen testimonios desgarradores, narrados por las victimas.
Casos de vidas destruidas desde la infancia con profundo dolor ante el encubrimiento, impunidad y el horror de las victimas de saber que pese a sus denuncias los violadores continuaban destruyendo vidas de otros niños en tanto que la única preocupación de los Jerarcas de la iglesia católica era pagar e intervenir para ocultar las fechorías de sus miembros confirmando así la clase de cueva de bandidos que ha sido ”El Vaticano” y su máximo representante, el Papa de turno. MAS INFORMACION
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