En la ONU, la Presidenta se refirió a las declaraciones de la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI) y afirmó que la Argentina "no será sometida a ninguna amenaza de que si no hace tal cosa, se le pone una tarjeta roja”. Y recordó que "desde 2005 el país viene pagando rigurosamente sus deudas".
Cristina Fernández de Kirchner respondió así las declaraciones de la titular del FMI, Christine Lagarde, y afirmó que la Argentina "no es un cuadro de fútbol, es una nación soberana que toma decisiones soberanas y no será sometida a ningún amenaza de que si no hace tal cosa se le pone una tarjeta roja (…) Es la crisis económica y política (mundial) más grave de que se tenga memoria desde la década del 30".
Calificó como una "amenaza" los dichos de Lagarde y reclamó por qué el FMI no hizo una “autocrítica en cómo eran las estadísticas de España, Irlanda, Italia, Grecia y Portugal”.
La Presidenta formuló estos dichos durante su alocución en la inauguración oficial de la Asamblea General de Naciones Unidas.
La Jefa de Estado expresó que instruyó al canciller Héctor Timerman para que se realice en las Naciones Unidas una reunión bilateral entre Argentina e Irán.
"Para nosotros los argentinos, sigue constituyendo una llaga abierta la voladura de la AMIA y la embajada de Israel", sostuvo.
Agregó que "en reiteradas oportunidades hemos pedido a Irán su colaboración. En 2010 y 2011 ante la falta de respuesta ofrecí como alternativa la elección de un tercer país para que se desarrolle un juicio".
"El miércoles pasado hemos recibido por parte de Irán un pedido de reunión bilateral. Mi país, que sigue reclamando el diálogo, ha decidido instruir al canciller para que tenga lugar en Naciones Unidas una reunión bilateral entre ambas cancillerías", y remarcó que "esperaba soluciones de ese encuentro".
Previamente, al iniciar su discurso, repudió el asesinato del embajador norteamericano en Libia, Christopher Stevens.
En otro tramo del discurso, afirmó que existe una "gran crisis que sacude al mundo", cuya responsabilidad es "de los sectores más ricos de la sociedad", y de las "políticas ortodoxas que se aplican infructuosamente desde hace décadas".
La Presidenta expresó que la crisis "que ya es global" no es culpa de "los pobres que no pueden pagar hipotecas", sino de los sectores "más ricos".
Explicó ante la Asamblea que los argentinos "hablamos desde la experiencia, porque fuimos conejillo de indias de las políticas neoliberales".
Al respecto, sostuvo que "estamos ante un nuevo mundo que exige arriesgar nuevas ideas; querer solucionar los problemas que hoy tienen el mundo con las recetas que los provocaron resulta absurdo".
"Hoy somos los países emergentes los que tenemos que soportar que nos denuncien como proteccionistas por parte de aquellas economías que han aplicado subsidios" a su producción.
La Mandataria argentina reiteró además el reclamo argentino para que "el Reino Unido se siente a cumplir con las resoluciones de las Naciones Unidas", que implican "dialogar sobre la soberanía en las Islas Malvinas".
"El próximo año se cumplen 180 años de que el Reino Unido usurpara ilegalmente nuestras Islas Malvinas, y no sólo no ha cejado en esto, sino que no ha dado respuesta a los reclamos de Naciones Unidas", instando a iniciar negociaciones, señaló la mandataria.
Enfatizó que el tema Malvinas "no es una cuestión bilateral", sino que "se ha convertido en una cuestión global", porque "terminar con los últimos vestigios de colonialismo, que fue uno de los grandes logros de las Naciones Unidas, e ingresar al siglo XXI sin territorios coloniales hace también a los derechos humanos".
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